lunes, 21 de mayo de 2012

Restaurante La Torre de Marfil – La Habana

Durante el siglo XIX y la primera mitad del XX arribaron a Cuba miles de ciudadanos chinos, herederos de una cultura milenaria que ha dejado sus huellas en esta Isla.

La cocina china, una de las más reconocidas del mundo por su constante búsqueda del equilibrio entre sabores y texturas aparentemente contrastantes, ocupa un merecido espacio entre las ofertas gastronómicas de cualquier urbe que presuma de cosmopolita. La capital cubana tiene su Barrio Chino, y no resulta difícil encontrar platos tradicionales de ese inmenso país en restaurantes de comida internacional, pues en Cuba se estableció una de las mayores colonias de chinos.


Entre los establecimientos más populares del corazón de La Habana Vieja se encuentra La Torre de Marfil, que desde 1983 ocupa una edificación colonial de la calle Mercaderes. Su especialidad es la cocina cantonesa, región sureña de donde provino una parte significativa de los emigrantes chinos al Nuevo Mundo. Decorado en tonos de rojo, negro y dorado, tiene capacidad para 108 comensales en sus tres áreas de servicio: salón principal, reservado y patio.
En el menú se incluyen las creaciones clásicas del arte culinario chino: maripositas, sopas, rollitos primavera, arroces y rebozados con salsa agridulce, además de ahumados al estilo cantonés, chop suey, chow mein, pollo Tip Pan, varios tipos de sushi con productos frescos del mar y diversas opciones para vegetarianos. El precio per cápita oscila en torno a 8.00 CUC, y para los niños hasta 11 años ronda los 4.00 CUC.

Desde hace unos años este restaurante ha incorporado el uso de la energía piramidal en la elaboración y conservación de sus platos, en consonancia con la ancestral filosofía asiática. Abierto todos los días, desde el mediodía hasta la medianoche, La Torre de Marfil se rige por un sugerente eslogan: “Donde lo tradicional comienza a ser nuevo”.
Tomado de Bienvenidos Cuba. Autor: Lucía Delalva