Los
datos que citamos a continuación son extractados, básicamente, del estudio
publicado por Henry Figueredo Losada en la Revista Estudiantil Nacional de
Ingeniería y Arquitectura, Vol 1, Nº 1 (2009), bajo el título El abastecimiento
de agua a La Habana: la obra más relevante del siglo XIX a nivel mundial., con
el que se refiere al ‘acueducto de Albear’.
Acueducto
de Fernando VII.- En 1831 la ciudad ya contaba con más de cien mil habitantes,
pero su agua era de mala calidad por lo que, desde la metrópoli, se decidió
construir un nuevo acueducto, llamado de Fernando VII, en el que se emplearon
los primeros tubos de hierro fundido que se usaron en Cuba, importados de
Filadelfia. Se inauguró en 1835, pero resultó un fracaso debido a sus errores
de cálculo y de filtrado.
Primer
Acueducto Municipal de la Habana.- Este acueducto auxiliar se puso en servicio
en 1873 y tenía por objeto abastecer la zona de extramuros, el Arsenal, la
fábrica de gas de alumbrado y las fuentes del Campo de Marte, actual Parque
Central.
El
acueducto de Albear.- El ilustre ingeniero cubano Francisco de Albear y
Fernández de Lara dedicó su vida a dotar de agua potable a la ciudad de la
Habana. Estas obras empezaron en 1858 y concluyeron en 1893, seis años después
del fallecimiento de Albear.
La
conductora del acueducto, con sección oval de 2,42 metros en el eje vertical y
2,00 metros en el horizontal, tiene 9,6 kilómetros de longitud y está
construida de cantería hasta el arranque de la bóveda, que es de ladrillos de
barro.
Camión cisterna suministrando agua |
Observo el
camión cisterna suministrando agua al Hotel Ambos Mundos y ocupa casi toda
la calle. Antes de seguir mi camino me detengo a parlotear un momento con el
conductor. Sus datos coinciden con los que viene publicando los últimos meses
la prensa oficial, en lo que se refiere a la sequía que padece la Habana estos
años, y que parecen ir a peor.
De
todos modos, no es novedad, los viejos cuentan que aquí siempre se repartió el
agua en pipas. El vehículo es nuevo y está reluciente, no obstante, el chofer,
no satisfecho, me asegura que al terminar el servicio volverá a lustrarlo.
Acuso
el cansancio de todo un día de callejeo y me rindo al reclamo de las notas de
un piano procedentes del antiguo Centro Gallego, sede del Gran Teatro de La
Habana, concretamente de un local de la planta baja, en cuya portada se lee:
Adagio, bar concert.
En el café Adagio |
Es
un espacio agradable, de reciente decoración, con predominio del blanco y
negro. Sólo hay una mesa ocupada, por una mujer. Tomo asiento orientado hacia
el músico y pido un mojito.
El
pianista tiene un repertorio de adaptaciones breves y se le ve voluntarioso.
Ojeo
la carta, en la que predomina oferta de tapas. No debería extrañar que ofrezcan
también la música en porciones pequeñas, en raciones armónicas reducidas. Voy
al aseo, entretanto me lo pienso.
A buscar agua para hacer granizados |
No
hay agua. Se nota desde la puerta. No entro. “Ahora mismo se terminó, tienen
que traerla en cisterna. Mientras tanto, no tenemos”.
El
mojito se acabó. Repaso la carta y escucho al pianista, cuya complicidad…,
musical, con la clienta es patente. Me comería algo, pero…, no sé… La verdad es
que casi no tengo apetito. Tomaré un ‘Havana 7 con Tucola’ y unos frutos secos.
“No hay”. Da igual, acompaño el cubata con las tapas musicales. Por
cierto, la cómplice toma Coca-Cola.
La
obra del acueducto de Albear fue premiada en la Centennial International
Exhibition de Filadelfia de 1876 y Medalla de Oro en la Exposición Universal de
París de 1878. La Habana apenas tenía 200.000 habitantes, hoy tiene más de
2.000.000.
En
1996 (estudio de José Luis Alonso Hernández, ingeniero civil del Instituto
Nacional de Recursos Hidráulicos) se consideraba que la captación y
almacenamiento de agua era suficiente, incluso para la evolución demográfica
estimada hasta 2020. “El problema está en que el 55% de esta agua no llega al
usuario. Se pierde en el recorrido, debido al insuficiente mantenimiento y al
fin de la vida útil de las conducciones”.
La
sequía de los últimos años agravó la situación, pero lo realmente lamentable es
el estado de instalaciones y conducciones, deterioradas en un 70%.
Tomado
de Expresso. Escrito por Manolo Bustabad Rapa, periodista