viernes, 28 de diciembre de 2012

Nuestro pueblo demuestra al viajero que Cuba es Auténtica

Cuba en mucho más que sol y playa, que ciudades patrimoniales. El mayor orgullo de este país es el calor de sus gentes, esas que te hacen descubrir la Auténtica Cuba, que es mucho más que un eslogan turístico.


Iolexis Correa, directora de la Oficina de Turismo de Cuba en España

Precisamente en la presentación de esta campaña, que ha recorrido este otoño la geografía española trayéndonos un poco del calor de Cuba, hemos tenido la oportunidad de charlar un rato con Iyolexis Correa, que lleva cuatro años al frente de la Oficina de Turismo de Cuba en España.

Ahora que estamos pasando frío, nos gustaría que propusiese a los lectores de Expreso un destino cubano para escapar al calor.

Podemos visitar ciudades patrimoniales como La Habana, Trinidad, Cienfuegos, Camagüey, Santiago de Cuba… pero queremos basar esta presentación de Auténtica Cuba haciendo un llamado a que Cuba es precisamente eso, auténtica; es mucho más que sol y playa, es un destino seguro que además por sus propias condiciones geográficas permite disfrutar también del turismo de naturaleza.

En el país hay muchos senderos señalizados y precisamente por ser un punto importante en la ruta de las aves migratorias. Para este tipo de turismo podemos recomendar por ejemplo la zona de más oriental de Cuba, desde Baracoa, a Guantánamo o Granma, con su Parque Nacional del Desembarco, son lugares especiales.

El polo de Villa Clara, en el mismo centro de la isla; aquí sobresale la ciudad de Santa Clara, conocida por el Memorial del Che Guevara, una ciudad para caminar e interactuar con la historia y la cultura del pueblo cubano.

Para combatir este frío yo recomendaría preferentemente los Cayos del norte de Cuba. La excelente combinación en una isla que por su longitud y por su estrechez permite combinar el producto cultural en una bella ciudad patrimonial como La Habana y terminar con el descanso placentero en un destino paradisiaco como son los cayos del norte.
 

Qué bien suena. Pero cayos hay muchos, ¿a cuál nos vamos esta vez?

Por ejemplo al centro de la isla, los cayos al norte de Villa Clara, para combinarlos con el recorrido cultural por la ciudad de Santa Clara, que sería por ejemplo Cayo Las Brujas, Cayo Ensenacho, Cayo Santa María. O podríamos irnos también a los cayos del norte de Ciego de Ávila, Cayo Coco, Cayo Guillermo, Cayo Paredón, y vincularlo con una visita a esta ciudad de Ciego de Ávila, a Morón e incluso a Camagüey.

Porque además en esa zona están algunos de los mejores hoteles de Cuba…

Sí, la mayoría de la planta hotelera son hoteles de cuatro y cinco estrellas, y en el caso de Cayo Santa María el 94% son hoteles de cinco estrellas, lo cual demuestra un alto estándar de servicios en esa zona turística.


Nos ha contado un compañero que ha estado recientemente que en esa zona hay una gastronomía muy buena, ¿qué podemos comer?
Sí, por ejemplo el plato más clásico de Cuba, que es un arroz moro, con un buen lechón asado, y un tamalito a la cubana.
¿Y para beber?

Bueno, siempre un buen mojito para refrescar, que con 30 grados de temperatura apetece.
 
Para este año que comienza, ¿trae Cuba novedades para el mercado español?

Tenemos varias novedades, en los últimos años el producto de circuito ha sido uno de los que más se ha ampliado y diversificado en Cuba por la alta demanda que tiene, especialmente en las ciudades patrimoniales, y nosotros estamos proyectando el crecimiento de la planta hotelera en algunos polos importantes del país donde se han incrementado estos circuitos, como es el caso de Trinidad, donde tendremos pronto algunas nuevas instalaciones que están en fase de ejecución.

Acabamos también de inaugurar el delfinario de Cayo Guillermo, que permite el baño interactivo con los delfines y es una forma más de ampliar las opciones de entretenimiento en esta zona, y en Fitur presentaremos más novedades para 2013, conjuntamente con las cadenas hoteleras.

De hecho, se presentarán varias aperturas de hoteles, la ampliación del producto extrahotelero en Cuba, y también de las formas complementarias de alojamiento y gastronomía que estamos asociando para ofrecer otras modalidades turísticas en la isla.

Será por todos esos encantos que a pesar de la crisis económica que sufrimos ahora muchos países, Cuba está resistiendo muy bien como destino para los viajeros…

Sí, nosotros mantenemos un crecimiento en Cuba en torno a un 5%, hay un grupo de mercados emergentes que refieren un peso importante en este crecimiento, y que contrarrestan a algunos mercados europeos tradicionales que se están recuperando, como es el caso de Italia, España, Portugal, y que garantizan precisamente la emisión de turismo hacia Cuba.

Mantenemos a Canadá como principal mercado emisor, al Reino Unido, México, Argentina, que este año duplica su cifra de turistas hacia Cuba… Es decir, que continuamos con un crecimiento turístico facilitado especialmente por muchos mercados emergentes.

Y en concreto los turistas españoles, ¿qué buscamos en Cuba?
 

Los españoles añoran a Cuba porque Cuba es también parte de su historia, de su cultura, y el carisma del cubano, que siempre acoge con mucha amabilidad y mucha cercanía al español. ¿Qué buscan? Principalmente nuestra cultura, caminar nuestras ciudades, interactuar con el pueblo, y en segundo lugar terminar descansando en una bella playa de Cuba.

Cuba no se puede tener en cuenta solo por su belleza patrimonial, o por su entorno natural; el valor más importante que tenemos nosotros es precisamente el valor cultural del pueblo cubano, nuestro mayor orgullo, un pueblo culto y hospitalario que siempre, con su alegría, hace que todo el visitante al llegar a Cuba apague el teléfono, recobre salud, renueve esperanzas, crea que un mundo mejor es posible sin ingredientes artificiales, solo a golpe de corazón. Por eso nosotros decimos siempre que nuestro pueblo recibe al visitante para demostrarle que Cuba es Auténtica.
Expreso. Valladolid. Federico Ruiz.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Los mejores hoteles de Cayo Guillermo y Cayo Coco, los Jardines del Rey.

Después del desembarco en Playa Pilar, la que debe su nombre al yate de Hemingway (1), en el extremo noroeste del Cayo Guillermo, al norte de Cuba, parecía imposible hallar arena más blanca, azules tan impactantes, aguas más transparentes.

Playa Pilar
Pero bastan 24 horas para hacernos comprender que el nombre de ‘Jardines del Rey’ no es casualidad, porque esta cadena de islotes en permanente evolución es también una sucesión de los mejores arenales costeros que se pueda imaginar.

Nuestra primera parada es el Hotel Meliá Cayo Guillermo, para pernoctar antes de emprender el regreso a la Habana. En esta fugaz estancia tenemos tiempo suficiente para pasear por ese palmeral colmado de estanques con nenúfares, con cabinas de masajes camufladas en rústicas cabañas, quioscos de música adornados para la fiesta permanente, descubriendo senderos y pequeños puentes que nos llevan al relax, rutas que inevitablemente conducen a la playa.

Hoteles Meliá Cayo Guillermo
El paseo de tablas no se detiene en la arena, se adentra en el mar para que caminemos sobre el color, cada paso un tono, entre el blanco y los azules todos. Al final se ensancha, este ya pantalán, en terrazas marinas cubiertas con hojas de palma, como caneyes, que seguramente están ahí para servir de embarcadero o como puesto de pescadores, pero que parecen observatorios de aves o, quizás, de tiburones y delfines. Desde allí la playa es inmensa, como el mar, y da pereza el regreso.

Antes de dejar atrás este cayo, visitamos el Iberostar Daiquiri, un todo incluido de 4* y 312 habitaciones, en primera línea de playa, que cuenta con varios clubes infantiles, por tramos de edad, y una extraordinaria oferta gastronómica en su bufet, además de tres restaurantes especializados en cocina mexicana, italiana y cubana.

Quizá teníamos que haber empezado por situarnos en el mapa, pero aún estamos a tiempo. Los cayos de la costa norte de la isla de Cuba son realmente una sucesión continua de islas e islotes en paralelo a la costa que se prolonga cientos de kilómetros, a modo de guardianes cordiales.

Aunque no hay discontinuidad, se agrupan en dos archipiélagos, el de Sabana y el de Camagüey que, en conjunto, se conocen también como ‘Jardines del Rey’.

Los que recorremos en esta ocasión forman parte del segundo, al igual que Cayo Santa María, de la provincia de Villa Clara, y, los más extensos, Cayo Romano y Cayo Sabinal, ambos de la de Camagüey.

Guillermo y Coco, en medio,  pertenecen a la provincia de Ciego de Ávila y están a unos quinientos kilómetros de la Habana.

Cayo Guillermo es pequeño, tiene 13 kilómetros cuadrados, y está previsto urbanizar únicamente el 7% de su superficie. En la actualidad cuenta con cuatro hoteles y pronto se construirá otro en Playa Pilar. Está unido a Cayo Coco por una carretera sobre pedraplén, que también los une con tierra firme, a través de la Bahía de Perros, desde el año 1988. A cambio de esa conexión han perdido su insularidad y en gran parte su pureza, aunque, como veremos, los humanos llevan muchos años por aquí.

Cayo Coco sobrepasa los trescientos cincuenta kilómetros cuadrados y, sin embargo, nunca tuvo población estable. En el siglo XVIII hubo asentamientos de pescadores y carboneros. Y en los años cuarenta del XX la compraron los americanos para hacer una gran explotación ganadera, pero los mosquitos les obligaron a desistir. El abandono fue total, hasta el punto de que muchos animales quedaron sueltos y hoy es frecuente encontrarse con vacas en libertad.

En la actualidad tampoco hay viviendas en estos cayos, a pesar sus veintidós kilómetros de playas y de que cuentan con unos 4.000 ocupantes, que se convertirán en 10.000 hacia 2016. Pues bien, todo el personal que trabaja en los hoteles y demás servicios vive en las poblaciones de Morón, a una hora, o Ciego de Ávila, a hora y media, en auto.

Esta política, al igual que el desistimiento del antiguo aeropuerto, (2) convertido ahora en Parque Natural, viene a confirmar la preocupación del Gobierno por mantener el valor ecológico de estos territorios, que acogen más de 500 especies vegetales y más de 200 especies de animales, en su mayoría aves. Aunque en lo del aeropuerto también tuviese que ver su tamaño y dificultad para crecer.

El nombre del cayo viene del Ibis Blanco, muy abundante en la isla, que aquí llaman también Pájaro Coco.

Pues ya en este Cayo Coco, vistamos el Hotel Playa Coco, otro 4* que saca un gran partido a elementales pero exquisitos productos cubanos. No hay más que ver que bien exhiben sus frutas exóticas y su cerveza Bucanero. Muy preocupados también por el ocio de los más pequeños y por las delicias gastronómicas para los mayores, con el único restaurante japonés de la zona.

Hotel Memories Flamenco
El siguiente paso es el 5* Memories Flamenco, un todo incluido de 624 habitaciones, clavado en una playa de arena blanquísima, en la que los incontables azules (siempre los azules) se confunden con los verdes. Su incipiente jardín se equilibra con un área de piscina espectacular.

Entre tanto hotel ya echábamos de menos un respiro. Pues nada mejor que un balneario. Sí, que nadie se sorprenda, porque la Clínica Internacional de Thalasoterapia Acuavida-Spa-Talaso cuenta con instalaciones y personal a la altura de los mejores balnearios. Tiene un estupendo plantel de masajistas y fisioterapeutas para la aplicación de tratamientos personalizados.

Desde sesiones de tres horas hasta programas de quince días. La línea de cosmética que aplican es la Germaine de Capuccini, pero también son expertos en la utilización del barro egipcio. Sus instalaciones son modernas y bien equipadas. Y, lo más atractivo, su piscina de agua de mar calentada a 37ºC.

El Hotel Meliá Cayo Coco es especial por varias razones. Sus 250 habitaciones, muchas construidas sobre pilotes en una laguna de agua salada, son solo para adultos. Es el único de esas características en este destino. Quizá por este motivo, su decoración es insinuante, como apreciamos en el indicador de la toilette, un tanto erótico.

Sus exteriores son espléndidos, notándose los ya trece años de antigüedad en la frondosa vegetación, bien cuidada y arropando recoletos espacios hasta el borde de la playa. Es acogedor, y sin embargo abierto, su auditorio, que se cubre con una carpa exquisita.

Pero, por añadidura, aquí nos encontramos con un joven paisano, de Valladolid, con más de seis años trabajando en América, que es Ismael Fawzi González, el director de Alimentos y Bebidas del hotel. Con él mantenemos una agradable charla en la que nos habla con entusiasmo de su trabajo aquí.

Nuestra última parada, aún en cayo Coco, es en el Hotel Mojito Iberostar (hasta hace poco Emperador Laguna). Las 690 habitaciones nos dicen algo sobre su medida. Además, 325 son suites y 80, villas. Su decoración, quizá a veces desmedida, sin embargo es agradable. Tiene unos exteriores cuidados y frondosos bosquecillos, que sirven de marco inmejorable para las frecuentes Fiestas Cubanas al aire libre.

Tanto hablar de hoteles podría hacernos pensar de este destino, conocido como ‘Cayo Guillermo y Cayo Coco’ o como ‘Jardines del Rey’, que es un espacio muy urbanizado y, sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Porque a tantas comodidades y relax que nos proporciona su producto de todo incluido, en unas playas casi vírgenes, hay que añadir los alicientes de una naturaleza desbordante, con colonias de multitud de aves, entre las que destacan las de flamencos y de ibis por sus numerosos ejemplares. Todo eso a un kilómetro de la segunda barrera coralina más larga del mundo.

Pero, por si fuera poco, a menos de dos horas tenemos un buen número de villas y pueblitos llenos de gentes encantadoras que están deseando recibir al forastero, para mostrarle sus artesanías, sus paisajes y su gastronomía, para regalarle una amena conversación que cuenta su pequeña historia, esa que va conformando la grande.

(1)  En ese barco, cuya base habitual era el puerto de Cojímar, recorrió Ernest Hemingway  los cayos. Actualmente se conserva en el museo dedicado al escritor, en ‘Finca Vigía’, poblado de San Francisco de Paula, a 15 km del centro de la Habana.

(2)  El nombre del nuevo es Aeropuerto Internacional Jardines del Rey, aunque también se le sigue llamando Aeropuerto de Cayo Coco.
Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa. Tomado de Expresso.